lunes, 8 de marzo de 2010

Arte contemporáneo

En este siglo de plena evolución y progreso, todo el mundo (o casi) quiere ser lo que no es o tener lo que no tiene. Señoras que quieren operarse la nariz porque según ellas está torcida y, obviamente, no es para nada estética y les arruina una vida potencialmente exitosa. Jóvenes que desean más pechos, para 'sentirse bien consigo mismas'. Mujeres que se injerta botox para paralizar sus músculos faciales. Vale la pena pues, pasar por un suplicio momentáneo para ser más bellas y felices (o eso creen que serán). Pero, ¿quien se cree todavía que buscan ser más bellas? La letra pequeña del cuento dice que quieren ser más felices y aceptadas y están seguras de que así lo conseguirán. Lástima que no sea tan fácil y nadie se lo haya contado y estén perdiendo el tiempo (y el dinero). Pero en esta era de la hipervelocidad y las hiperexigencias no se las puede reprochar que aún crean que existen las soluciones rápidas para las cuestiones existenciales.
Mi gata tenía envidia. No quería ser menos en esta sociedad occidental tan evolucionada. Quería ser más guapa. Miró unas fotos de Marilyn Monroe y se dio cuenta de que le sentaría bien el rubio. Por eso le puse peluca. Y ahora se siente bien consigo misma y realizada, tal y como mandan los cánones del siglo XXI...


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